Alemania: Entre cervezas, castillos y palabras no traducibles
Alemania no se visita. Alemania se atraviesa como un poema en idioma extranjero: con extrañeza, intensidad y una inevitable nostalgia por lo que no se alcanza a comprender del todo.
Mi viaje comenzó en Altenahr, una pequeña joya en el valle del Ahr. Allí, entre viñedos quebrados por la tragedia de las inundaciones, descubrí una Alemania rural, resistente, de silencios prolongados y cielos que cambian de ánimo cada hora. Un lugar donde el vino sabe a tierra agradecida y el tiempo parece seguir el ritmo de los ríos, no de los relojes.
Desde ahí, el contraste fue brutal al llegar a Frankfurt, esa ciudad donde los rascacielos se alzan como signos de exclamación entre callejones medievales. Frankfurt huele a café fuerte y decisiones de negocios. Me perdí en su Museo de Arte Moderno, buscando respuestas a preguntas que no sabía que me habitaban.
En Rüdesheim, a orillas del Rin, encontré el alma alemana en su versión más amable: casas de madera, calles empedradas y música de acordeón que parece burlarse de la modernidad. Recorrí el río como quien lee una saga ancestral, con castillos que salpicaban las orillas como puntos suspensivos entre montañas.
Luego vino Berlín, siempre ecléctica, siempre fracturada y rearmada. En sus muros pintados con gritos y esperanzas entendí lo que es vivir con historia en cada esquina. Caminé por la East Side Gallery, y cada mural me hablaba de un mundo dividido pero aún con fe en la ternura.
Las cervecerías de Düsseldorf fueron el epílogo perfecto: mesas compartidas con desconocidos, conversaciones espontáneas, y esa extraña fraternidad que nace del lúpulo. Aprendí que una Altbier bien servida puede reconciliar a un hombre con su cansancio.
Alemania me ofreció palabras que no existen en español. Fernweh, por ejemplo: esa añoranza por lugares que aún no se conocen. Desde entonces, no he dejado de viajar, ni de escribir. Quizá porque —como decía un anciano en Rüdesheim—, “quien entiende Alemania, se entiende un poco más a sí mismo”.
Ramón Montes Palomino
Altenahr
Alemania
Altenahr
Alemania
Altenahr
Alemania
Altenahr
Alemania
Frankfurt
Alemania
Frankfurt
Alemania
Frankfurt
Alemania
Frankfurt
Alemania
Rudesheim
Alemania
Rudesheim
Alemania
Rudesheim
Alemania
Rudesheim
Alemania
Berlín
Alemania
Berlín
Alemania
Berlín
Alemania
Berlín
Alemania
Cervecerías
Alemania
Cervecerías
Alemania
Cervecerías
Alemania
Cervecerías
Alemania
Dusseldorf
Alemania
Dusseldorf
Alemania
Dusseldorf
Alemania
Dusseldorf
Alemania
Rio Rhin
Alemania
Rio Rhin
Alemania
Rio Rhin
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